Elí Linares debe ser uno de los pocos productores convencido de que para producir bien y mejor, es necesario cuidar el ambiente y el bosque también. Tiene 30 años, y desde los 12 se dedica al cultivo de café, actividad heredada de su padre, quien hoy es su inspiración en el cielo.
A lo largo de este tiempo, Elí ha aprendido a cuidar el café con cariño, casi como a un hijo. Cuando llegaron la roya y la broca a su cultivo, la dedicación tuvo que ser aún mayor, sin embargo, hoy en día son notables los resultados de su esfuerzo. Elí produce un excelente café orgánico, el cual vende a la empresa Perales Huancaruna SAC. – PERHUSA, también ha implementado una secadora solar, cuenta con un módulo de compostaje, elabora sus propios biofertilizantes, hace el tratamiento de sus aguas mieles, cuidando así sus fuentes de agua y utiliza una bicidespulpadora 100% ecoeficiente. Además, implementa un sistema agroforestal que le permite aprovechar especies maderables y no maderables.
“Antes se usaban herbicidas y se quemaba, ahora no, con la Alianza CAFE hemos eliminado todo eso, y de esa manera la planta crece sana y fuerte… con ello salvamos vidas también, antes afectábamos la salud de las personas y ahora, gracias a lo que hemos aprendido, estamos dando un buen café de calidad, puro y sano”, menciona Elí con un brillo especial en la mirada, mientras muestra orgulloso el café en pergamino que pronto comercializará. Actualmente Elí y su familia reciben la visita de investigadores, estudiantes, especialistas y de todos aquellos que desean ver con sus propios ojos que cultivar café de forma amigable con el planeta, sí es posible. La Amazonía está llena de retos, pero con productores como Elí, sabemos que es posible generar una economía sostenible para los caficultores de hoy y mañana.
